4 de mayo de 2012

UNA SANTIUSTERA EN EL SENADO

El Adelantado de Segovia.


  Rosario Herrero, sentada en una silla de su despacho de jefa del Departamento de Biblioteca del Senado. / Kamarero.

Hasta la irrupción de Internet se decía que todo estaba en los libros. Hoy se encuentra en internet con la ayuda de Google o de la Wikipedia. Y una de las personas que administra, custodia y organiza ese saber enciclopédico es Rosario Herrero Gutiérrez, segoviana nacida en Santiuste de San Juan Bautista.
Como cualquier buscador web, algunas referencias aparecen destacadas. Algo parecido le ocurre a esta mujer, que deja entrever su sensibilidad hacia su tierra natal. Su segovianismo la lleva a mantener una relación especial con los parlamentarios que representan a su provincia.
Rosario Herrero ha rechazado, con seriedad, entrevistas con grandes medios de comunicación. Pero su trato resulta muy afable y locuaz con sus paisanos. De sus señorías segovianas destaca su “laboriosidad”; y con ellas mantiene una “complicidad y empatía muy especial”. “¡Somos segovianos! afirma sin rubor en el silencioso ambiente de la sala.
Desde que sus padres fallecieron, las visitas a su pueblo natal han ido reduciéndose. Su dedicación a la familia, especialmente desde que es abuela, le han robado tiempo y ahora son “ocasionales” sus visitas a Santiuste.
En su despacho, colmado de gruesos tomos bibliográficos, fichas, láminas y otros documentos, ocupa un espacio destacado las fotos de su familia, que muestra con orgullo a los senadores que la visitan. Esas imágenes entrañables son testigos de las visitas que ha tenido de jefes de Estado y de Gobierno de muchos países. Además de su labor ordinaria como jefa de la biblioteca ha preparado numerosas exposiciones para las visitas oficiales a la Cámara Alta.
Y es que la Biblioteca del Senado es una de las joyas que alberga el Palacio, situado en la Plaza de la Marina, instalado en el antiguo convento de doña María de Aragón, construido en el siglo XV. La sala de lectura fue reconstruida en 1882, en hierro forjado, en estilo neogótico inglés. Se trata de una de las unidades documentales más destacadas de las Cortes. Se creó en 1834, cuando se introdujo en España el parlamento bicameral con el Estatuto Real, en época de la Regente María Cristina, con la denominación de Estamento de Próceres.
Especializada en el ámbito jurídico-político territorial, la biblioteca reúne las publicaciones oficiales parlamentarias, como los Diarios de Sesiones y Boletines Oficiales de Cortes. En total cuenta con un fondo bibliográfico de 305.000 volúmenes. Sólo los históricos (1834-1923) suman 125.000. La obra más antigua es la ‘Compendiosa Historia Hispanica’ de Rodrigo Sánchez de Arévalo, editada en Roma en 1470, y son muy raros los ejemplares que se conservan. Cuenta con una antigua hemeroteca, cartografía y revistas españolas y extranjeras. Casi todos los fondos están informatizados, la catalogación se actualiza a diario y puede consultarse en internet (www.senado.es).
En fin, a Rosario Herrero Gutiérrez, además identificarla como la bibliotecaria del Senado, podría equiparársela como a la Señoría de Google.

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